Targeted… The School Idol Saori-chan!!

En el prestigioso instituto Sakura, Saori era la estrella indiscutible: capitana del club de voleibol, presidenta del consejo estudiantil y musa de todos los chicos. Su belleza etérea, con cabello negro azabache cayendo en cascada sobre hombros delicados, y ojos almendrados que brillaban con una mezcla de inocencia y fuego interior, la convertían en el centro de todas las miradas. Pero tras su fachada perfecta, Saori guardaba un secreto: una pasión desbordante por el placer prohibido, que la llevaba a explorar los límites de su cuerpo en las sombras de la escuela.
Todo comenzó una tarde lluviosa, cuando el entrenador de deportes, un hombre maduro y enigmático llamado Hiroshi, la retuvo después de la práctica. “Saori, necesito hablar contigo sobre tu… rendimiento”, murmuró él, cerrando la puerta del gimnasio. Ella sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, no de miedo, sino de anticipación. Hiroshi, con manos callosas por años de disciplina, la acercó contra la pared acolchada, sus labios rozando el lóbulo de su oreja. “Has sido tan buena, tan dedicada. Mereces una recompensa especial”.

📄 Información del Contenido:
📌 Título: Targeted… The School Idol Saori-chan!!
✍️ Títulos alternativos: RJ208667, The School Idol Saori-chan Is Under Attack, [ドリームドット] 狙われた…学園アイドルさおりちゃん!!
🎓 Estudio: Circle Dream Dot
📅 Estreno: 16 de septiembre del 2017
🏷️ Categoría: 3D
🚫 Censura: Sí
⏳ Duración: 32 minutos
💾 Tamaño: 81 mbs
📁 Formato: MP4
📤 Uploader: Bunnygirl
🔐 Contraseña: colitahentai

Sin mediar palabra, él deslizó sus dedos bajo la falda plisada de su uniforme, explorando la suavidad de su piel húmeda por el sudor del entrenamiento. Saori jadeó, arqueando la espalda mientras él masajeaba con precisión experta esa zona sensible entre sus muslos, haciendo que su cuerpo se convulsionara en oleadas de calor. Ella respondió con urgencia, desabotonando su camisa para exponer la curva generosa de su pecho, que él devoró con besos voraces, succionando hasta dejar marcas rojas como trofeos.
Pronto, el gimnasio se convirtió en su santuario privado. Hiroshi la levantó con facilidad, colocándola sobre el banco de pesas, y se despojó de su pantalón, revelando su excitación palpitante. Saori, con ojos vidriosos de deseo, lo guió hacia ella, envolviéndolo con sus piernas temblorosas. Él penetró su calidez con un empuje lento pero firme, llenándola por completo, mientras ella clavaba las uñas en su espalda, gimiendo en un ritmo que sincronizaba con el golpeteo de la lluvia afuera. Cada movimiento era una danza de fricción intensa: él aceleraba, golpeando profundo, rozando ese punto oculto que la hacía gritar de éxtasis, mientras sus fluidos se mezclaban en un charco resbaladizo.
Pero Saori no era pasiva. Con una sonrisa traviesa, lo empujó al suelo acolchado y se posicionó sobre él, cabalgando con ferocidad felina. Sus caderas giraban en círculos hipnóticos, apretando alrededor de su dureza hasta extraer gemidos guturales de Hiroshi. Ella se inclinaba hacia adelante, permitiendo que sus pezones endurecidos rozaran su torso, mientras sus manos exploraban la tensión de sus músculos. El clímax llegó como una tormenta: Saori se tensó, su interior contrayéndose en espasmos violentos que lo ordeñaron hasta el límite, liberando chorros calientes que la inundaron, goteando por sus muslos en un desorden glorioso.
Aún no satisfechos, se mudaron al vestuario. Bajo la luz tenue de las duchas, Hiroshi la presionó contra los azulejos fríos, levantando una de sus piernas para entrar de nuevo desde atrás. El vapor del agua caliente amplificaba cada sensación: el slap de piel contra piel, el eco de sus respiraciones entrecortadas. Saori se tocaba a sí misma, frotando ese botón hinchado con dedos ansiosos, sincronizando su placer con los embistes que la estiraban al máximo. Él mordisqueaba su cuello, susurrando elogios sucios sobre cómo su cuerpo lo volvía loco, cómo era la diosa que todos adoraban pero solo él poseía.
Horas después, exhaustos y cubiertos de sudor y esencia mutua, yacían enredados en el suelo. Saori, con el cabello pegado a la frente, lo miró con picardía. “Entrenador, ¿esto cuenta como entrenamiento extra?” Hiroshi rio, atrayéndola para un beso profundo. Pero este era solo el inicio. Pronto, involucrarían a otros: el tímido bibliotecario que la espiaba, el rival del equipo que la desafiaba en la cancha. Saori, la ídola intocable, se convertiría en el blanco de un harén de deseos, explorando tríos sudorosos en el auditorio vacío, donde cuerpos se entrelazaban en posiciones imposibles, lenguas lamiendo pliegues ocultos y dedos penetrando aperturas ansiosas.
En una sesión grupal bajo las gradas, cuatro chicos la rodearon, sus erecciones compitiendo por su atención. Saori, arrodillada, los complació uno a uno, succionando con labios carnosos, tragando su sal mientras manos ajenas amasaban su trasero redondo. Luego, la alzaron como una ofrenda, penetrándola en doble: uno frente, otro atrás, estirándola hasta el delirio, mientras ella gritaba en un coro de placer compartido. Fluidos volaban, cuerpos colisionaban en un frenesí orgiástico, dejando el aire cargado de almizcle.
Al final, Saori emergió transformada: no solo la ídola de la escuela, sino su reina secreta del éxtasis. Cada encuentro la empoderaba, convirtiendo la envidia en adoración carnal. Y mientras el sol se ponía sobre el instituto, ella ya planeaba su próxima “práctica”, lista para ser targeted una y otra vez.